Quienes somos

Heraldos del Evangelio es una Asociación Privada Internacional de Fieles de Derecho Los Heraldos en el VaticanoPontificio, la primera que fue erigida por la Santa Sede en el tercer milenio, dado con ocasión de la fiesta litúrgica de la Cátedra de San Pedro (el 22 de febrero) en el 2001. Compuesta predominantemente por jóvenes, esta Asociación está presente en 57 países. Sus miembros practican el celibato y se dedican íntegramente al apostolado. Viven en residencias destinadas específicamente para muchachos o para muchachas.

Alternan la vida de recogimiento, estudio y oración con actividades de evangelización en las diócesis y parroquias, poniendo especial empeño en la formación de la juventud.

Su espiritualidad está cimentada en tres puntos esenciales: la Eucaristía, María y el Papa. Estos puntos están representados con destaque en el blasón que los distingue.

Su carisma los lleva a procurar actuar con perfección, a la búsqueda de la pulcritud, en todos los actos de la vida cotidiana, incluso estando en la intimidad.

Concierto de los Heraldos del Evangelio Por ver en la cultura y en el arte eficaces instrumentos de evangelización, los Heraldos habitualmente echan mano de la música, tanto en las voces como en los instrumentos.

De esta manera, varios coros y bandas sinfónicas han sido constituidos por los Heraldos, con el fin de llevar su mensaje de fe, incentivo y confianza a la humanidad actual.

El principal conjunto musical de estos neo-evangelizadores -el Coro y Banda Sinfónica Internacional- fue constituido en São Paulo con personas oriundas de varias naciones, habiendo realizado ya desplazamientos por ciudades, estados, países e continentes, presentándose en iglesias, auditorios y estadios repletos de gente con sed de belleza y de espiritualidad.

Su origen se remonta a mediados del siglo pasado, cuando un grupo de jóvenes se reunía en São Paulo para admirar la armonía y cultivar la espiritualidad que se desprenden del canto gregoriano, en medio al estudio de la Doctrina Católica.

Canto del OficioÉsas eran las vías por las cuales la

Providencia les estaba invitando para que se entregaran enteramente al verdadero Autor de todas las pulcritudes. Al mismo tiempo, el Espíritu Santo suscitaba en sus almas la inquietud de formar una institución de cuño religioso con la finalidad de promover la santificación personal, utilizando la música y la cultura en general como medio de evangelización.

Canto del Oficio por la Rama femeninaEn determinado momento, la lectura del «Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen», de S. Luis María Grignon de Monfort, y la consagración a la Madre de Dios que hicieron todos, conferían un carácter acentuadamente mariano al grupo que poco a poco se iba formando y explicitando su propia fisonomía.

Por fin, surge la asociación privada de fieles Heraldos del Evangelio, cuyos estatutos fueron aprobados el 21 de septiembre de 1999 por Mons. Emilio Pignoli, obispo de Campo Limpo, cuya diócesis abarca una considerable región de São Paulo. Fue el comienzo de una nueva etapa de intensificación de la comunión eclesial.

Los Heraldos del Evangelio, a partir de ese momento, pasaban a ser instrumentos vivos de la Sagrada Jerarquía al servicio de la Nueva Evangelización.Oración ante la Virgen

En los meses siguientes fueron erigidos canónicamente en 25 diócesis de diversos países de América y Europa. Se daban las condiciones para que fuera solicitado a la Santa Sede su reconocimiento como asociación privada internacional de fieles de derecho pontificio.

Dado el simbolismo que la fiesta de la Cátedra de San Pedro suponía (22 de febrero), fue ésta la fecha escogida para la firma del decreto de aprobación, puesto que la devoción al Papa es uno de los pilares de la espiritualidad de los Heraldos del Evangelio.

En el momento de su erección pontificia, ya estaban presentes en 29 países de las tres Américas, Europa, África y Asia, en lugares como la India, Sudáfrica, Monzambique, Filipinas o Japón.

Animados por las más de mil cartas de apoyo que les fueron enviadas por prelados, sacerdotes y religiosos del mundo entero, los Heraldos del Evangelio obtuvieron la aprobación de sus estatutos por parte de Mons. Emilio Pignoli, obispo diocesano de Campo Limpo (São Paulo, Brasil) .

Tres nombres merecen ser especialmente recordados entre sus fundadores:
D. João S. Clá DiasRvdo. P. João Scognamiglio Clá Dias, actualmente Presidente General, graduado en Filosofía y Teología por el Centro Universitario Ítalo-Brasilero de São Paulo; Licenciado en Humanidades por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de la República Dominicana;  Doctor en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia Angelicum de Roma, fundador de numerosos grupos juveniles  y amante de la música.
D. Pedro Paulo de FigueiredoRvdo. P. Pedro Paulo Figueiredo, Consejero General en la actualidad, orientador de almas y experimentado animador de grupos eclesiales.

D. Carlos Alberto Soares CorreaRvdo. P.  Carlos Alberto Soares Corrêa, en estos momentos Secretario General de la institución, conferenciante e historiador.

CARISMA

El carisma de los Heraldos del Evangelio se ve expresado en el sublime mandamiento de Jesucristo: «Sed pues vosotros perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto.» (Mt. 5, 48).

Para el Heraldo del Evangelio, este llamamiento a la perfección no debe quedarseEl campanero restringido a sus actos interiores, sino que se debe exteriorizar en sus actividades, de manera que reflejen a Dios. Eso quiere decir que debe revestir de ceremonial sus acciones cotidianas, ya sea en la intimidad de su vida particular, ya sea en público, en la obra evangelizadora, en las relaciones con los hermanos, en la participación en la Liturgia, en las presentaciones musicales o teatrales, o en cualquier otra circunstancia.

Esta búsqueda de la perfección significa no sólo abrazar la verdad, practicar la virtud, sino hacerlo también con pulcritud, con belleza, que puede ser importante elemento de santificación. No sin razón nos recuerda el Santo Padre, en la Carta a los Artistas, la oportuna enseñanza del Concilio Vaticano II:

«Este mundo en que vivimos tiene necesidad de la belleza para no caer en la desesperanza. La belleza, como la verdad, pone alegría en el corazón de los hombres; es el fruto precioso que resiste a la usura del tiempo, que une a las generaciones y las hace comunicarse en la admiración».

LA MISIÓN DE LOS HERALDOS DEL EVANGELIO

4 respuestas to “Quienes somos”

  1. Nancy Rodriguez Says:

    nmnmnmn

    Me gusta

  2. Nancy Rodriguez Says:

    PORQUE HAY UN SOLO MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES,JESUCRISTO HOMBRE,EL CUAL SE DIO ASI MISMO EN RESCATE POR TODOS.1 Timoteo 2 (5 y 6).No murio la Virgen Maria en la CRUZ por la humanidad.Por que la adoran como si fuera la salvadora?Su nombre contradice su obra por que el evangelio de JESUCRISTO es la SALVACION para vida eterna no las obras de caridad y adoracion a la Virgen. Adorar a otra persona diferente a JESUCRISTO es ABOMINACION A DIOS y ustedes lo saben,Vuelvanse al VERDADERO DIOS ,mientras puedan.!

    Me gusta

    • Antonio Says:

      Un bellísimo raciocinio basado en una premisa completamente equivocada: los católicos no adoramos a la Virgen!
      Me imagino que será usted de alguna confesión protestante y es lamentable, que pese a que la Iglesia Católica tiene más de 2000 años de estudios teológicos y hay una amplísima documentación que usted puede consultar: la patrística, la escolástica, los concilios, el magisterio bimilenar de los papas, y un largo etcétera, nunca usted verá en ningún documento del magisterio, en ningún tratado teológico y mariológico, etc, etc, que los católicos «adoramos» a la Virgen o que ella sea una «diosa» en pie de igualdad con Jesucristo.
      Nunca lo ha visto usted y nunca lo verá; sin embargo, de muchas las confesiones dichas «reformadas» siguen con la cantilena de que adoramos a la Virgen, a los Santos, etc.
      A la Virgen no se le presta un culto de latria que se debe solamente a Dios, sino de dulia que es proprio de los santos que, por estar gozando de la amistad de Dios y vivir ya en su presencia, son nuestros modelos e intercesores junto al Padre. Para ser más preciso, a la Virgen, por ser la madre de Jesucristo, que es Dios, y por su papel en la obra redentora de Nuestro Señor Jesucristo, y siendo la más perfecta de todas las criaturas, concebida sin pecado original, etc, se le debe el culto de hiperdulía, es decir la primera entre todos los santos. Pero, para nada, eso supone considerarla una «diosa» a la que se debe «adorar».
      Efectivamente, Nuestro Señor Jesucristo es el único intercesor ante el Padre. Lo que no impide que Él tenga también sus intercesores, como son la Virgen María, los ángeles, y los santos. Ellos interceden por nosotros junto al intercesor por excelencia que es Nuestro Señor Jesucristo.
      “Invocar”, viene del latín vocare, llamar. Quien llama, no está adorando a nadie, está “llamando”. Así, quien invoca a un santo o a un ángel, no lo está adorando, le está pidiendo su ayuda, su intercesión. La adoración es reconocer una criatura como siendo Dios y, en consecuencia, prestarle un culto que es debido solamente a Dios. Por lo tanto, lo que caracteriza la adoración es la

        disposición interior de la persona

      , no el acto externo, como puede ser rezar delante de una imagen representando a la Virgen o un santo.

      Me gusta

  3. Otilia María Barrot Says:

    El don de Dios que reciben tienen que extenderlo en Argentina. Sigan con fuerza, los felicito

    Me gusta

Deja un comentario